Petro pidió apoyo para interdicción área para detener la droga en los mares. También apoyo en inteligencia para capturar los dueños de las drogas.

Los temas más profundos, esta vez, en un debate mutuo, de ideas, que traemos desde antes de la posesión como Presidente de la República, ya en varias reuniones efectuadas tanto en Bogotá como en Washington, alguna en la Casa Blanca, y que hoy tuvo como escenario el almuerzo de trabajo que se expandió durante varias horas, hablando de temas como el narcotráfico.

Indudablemente, un tema común de hace varias décadas, ya se ha vuelto tradicional en la agenda binacional, pero esta vez desde otra óptica, una óptica que yo llamaría más flexible, que tiene que ver con una visión más integral del problema del consumo y la producción de drogas en este continente, y articulado a un esfuerzo, ahora, que tuvo su colaboración también con el gobierno de los Estados Unidos en la época de Obama, que es el Proceso de Paz.

Cómo la paz de Colombia, cómo los acuerdos ya firmados, su punto uno, que habla de una reforma agraria alrededor de tres millones de hectáreas de tierras fértiles para los campesinos, las campesinas, que habla de una titulación de siete millones de hectáreas adicionales para actuales poseedores de la tierra y que, si se desarrollasen productivamente en manos de los nuevos tenedores de tierra que esperamos tener, sería una barrera indudable contra la producción de drogas en el país.

¿Por qué Colombia es narcotraficante?, Porque no produce ¿Cómo puede dejar de serlo? Produciendo en la agricultura y en la industria.

Y el cuarto punto que tiene que ver, precisamente, con dejar de ver como criminal al campesino productor de hoja de coca.

Son dos puntos del Proceso de Paz, en su momento, dialogados también, con el Gobierno de los Estados Unidos, Gobierno de Santos, y que hoy queremos poner en plena vigencia.

Luego, la paz hoy afecta, en mi opinión, de manera positiva una nueva manera de entender la lucha contra las drogas.

Hablamos, también, de migración.

Hablamos, pues de problemas que tienen que ver con la agenda de la seguridad de las américas.

Y en eso consistió, más o menos, el conjunto de la reunión. Seguirá con nuevos temas.

Hubo unos puntos concretos, la necesaria colaboración de la Fiscalía con la (Sociedad de Activos Especiales) SAE para determinar el inventario real de bienes en extinción de dominio que fueron del narcotráfico y que se vienen evaporando en la historia de Colombia reciente.

Hablamos de capacidades operativas, de interdicción, sobre todo de la Armada, dado que el 90% de la droga sale por mar.

Hablamos de aspectos concretos que tienen que ver con reprimir y atacar allí, donde se desarrolla el verdadero capital del narcotráfico.

El narcotráfico lo podríamos dividir en dos en Colombia: el proletariado del narcotráfico, donde gente escasos de recursos en zonas excluidas son puestas, unos de manera armada, otros a veces con sus cultivos, al servicio del narcotráfico. Allí se desarrolla buena parte de la violencia, allí se producen la mayor parte de las víctimas de la violencia en Colombia, los desplazamientos etcétera.

Y el capital del narcotráfico, los verdaderos dueños del narcotráfico, cuya función es hacer dinero. Simplemente que no visten de camuflado, que, quizás, no portan un fusil, que, quizás, han estado en estos salones del Palacio de Nariño, como han estado en el conjunto del poder político de Colombia y, quizás, hoy en otros poderes políticos fuera de Colombia.

Perseguir a los dueños del narcotráfico implica aparato de inteligencia capaces, y de eso, también, hablamos, del fortalecimiento de la inteligencia colombiana en la lucha contra el narcotráfico.

Creo que ahí he resumido buena parte de la reunión. Así que le dejó la palabra el Secretario de Estado Antony Blinken.

_(Fin/mgm/gaj)_

 

Declaración del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken

Señor Presidente, muchísimas gracias. Muchas, gracias por su hospitalidad, muchas gracias por las conversaciones tan constructivas de hoy.

Durante décadas la alianza entre los Estados Unidos y Colombia ha beneficiado los pueblos de ambas naciones y a los pueblos del hemisferio.

Su fortaleza no ha desfallecido, durante distintas administraciones se ha mantenido en ambos países.

En el Congreso de los Estados Unidos, la cooperación con Colombia es una prioridad, con apoyo sostenible y bipartidista, y eso se debe en gran medida a nuestros colores compartidos de democracia, respeto por los derechos humanos, la preservación del planeta para las futuras generaciones y la creencia de que todos nuestros pueblos en alcanzar su pleno potencial.

Yo tuve la oportunidad de hablar el 20 de junio con el Presidente Petro por primera vez y, a través de las muchas interacciones con nuestros gobiernos, desde entonces hemos logrado que quedé en claro el compromiso inquebrantable de los Estados Unidos para con nuestra alianza con Colombia.

Nosotros incluimos aquí el respaldo de los Estados Unidos para el acuerdo de paz de 2016, tal como lo hemos hecho desde el comienzo de este proceso, nosotros revisamos los avances.

Más tarde hoy, me voy a unir con la Vicepresidenta (Francia) Márquez en una ceremonia donde Estados Unidos firmará como el primer acompañante internacional del capítulo étnico del acuerdo de paz.

El capítulo reconoce la responsabilidad única que tiene el Gobierno de asegurar los derechos y equidad de los grupos indígenas y afrocolombianos del país que han sufrido y siguen sufriendo un daño desproporcionado del conflicto.

Esto pone de manifiesto nuestra convicción compartida de que la paz duradera debe ser una paz inclusiva.

Este es el último paso que hemos dado con el Gobierno de Colombia y la sociedad civil para mejorar las vidas de las personas de comunidades desfavorecidas, ampliando el acceso a la salud y a la educación, mayor conectividad, se trate de rutas o anchos de banda, para hacer que sea más fácil para las familias y las comunidades tener los títulos de las tierras.

Sin embargo –como el Presidente Petro y la Vicepresidenta Márquez dicen–, la promesa de la equidad todavía no es la realidad para muchos colombianos.

Esto, también, es cierto para muchos en Estados Unidos y nosotros anunciamos en diciembre, en Estados Unidos, a través de la (Agencia de Cooperación de los Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés), el primer programa para promover la inclusión étnica y la equidad aquí en Colombia.

Esto para borrar problemas inmediatos como el aumento en los precios de las energías y los alimentos, algo empeorado por la brutal guerra de (Vladimir) Putin (Presidente de Rusia) en Ucrania, también generando mayor resiliencia a través de innovación, en ámbitos como la agricultura y la energía renovable.

También estamos comprometidos a seguir trabajando por Colombia para seguir mejorando la seguridad civil. En particular, en zonas rurales.

Hemos entendido, durante bastante tiempo, que en Colombia y en otros sitios no podemos combatir la violencia concentrándose solo en las herramientas de las fuerzas del orden y la seguridad.

También tenemos que abordar las causas profundas de inseguridad, la corrupción, la impunidad, la desigualdad.

Y lo estamos haciendo impulsando la investigación y enjuiciamiento de la violencia de género, los abusos de derechos humanos, el asesinato de los defensores de derechos humanos, líderes sociales, periodistas.

Y estamos invirtiendo en la prevención de quienes tienen adicciones en nuestros países y en otros sitios. Pero reducir los daños de las drogas ilícitas y reducir la demanda particular de los Estados Unidos que dé lugar a tanta actividad delictiva.

Este es el enfoque integral que define nuestra alianza a través de cada una de las prioridades compartidas.

Y esto incluye abordar la crisis climática, un área donde el Presidente (Petro) ha mostrado el liderazgo mundial.

Reconocemos que, como el segundo principal emisor –luego de China– y el principal emisor históricamente, Estados Unidos tiene una responsabilidad especial de estar a la altura de esta situación.

Y es por esto que bajo el liderazgo del presidente (de Estados Unidos) (Joe) Biden, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la legislación por la mayor inversión en nuestra historia, para luchar contra el cambio climático, alrededor de 370.000 millones de dólares.

También estamos trabajando más con otros países del mundo, también Colombia, para ayudar en la transición energética.

El Presidente Biden se ha comprometido a trabajar con él Congreso para brindar 11,4 mil millones de dólares, para permitir seguir aumentando los niveles de apoyo que brindamos. Esto permitirá generar trabajos para los países que se ven más afectados por el cambio climático.

Piensen en un momento en la producción de energía limpia. Hoy alrededor del 70% de la energía renovable de Colombia es energía hidroeléctrica, pero a medida que el cambio climático genera sequías que son cada vez más serias, Colombia está diversificando su suministro, en Guajira donde tiene los principales vientos del mundo, vemos el trabajo en Colombia para aprovechar estos vientos, para generar energía.

Estos proyectos van a seguir funcionando y generarán al menos 2.000 megavatios de electricidad, eso es suficiente para satisfacer las necesidades de más de 5 millones de colombianos de zonas rurales.

También creando trabajos de buena paga para las personas de distintas comunidades.

Colombia también ha defendido los principios en el centro de la Carta de las Naciones Unidas afirmando los derechos de todos los países de su integridad territorial y la soberanía y condenando el ataque del Presidente Putin a Ucrania.

La migración es otra área de la que hemos hablado y en la que Colombia tiene un papel fundamental.

Agradecí al Presidente Petro por su increíble generosidad y el haber recibido a tantos refugiados venezolanos. Esta iniciativa histórica de Colombia del año pasado que da este estado de protección temporal a venezolanos en el país se ha convertido en un modelo para la región y para el mundo.

También la eficiencia con la que este plan se puso en práctica –más de 1 millón y medio de venezolanos han recibido su Estado de Protección Temporal, tienen sus tarjetas– esto permite que los niños vayan a la escuela pública, que las personas de todas las edades puedan tener acceso a los servicios sanitarios, trabajar legalmente.

Estamos complacidos y orgullosos de trabajar con Colombia para crear programas que expandan las oportunidades para los venezolanos desplazados y las comunidades que los reciben.

Esta es una de las áreas en que estamos trabajando sobre cuestiones de migración regional. En octubre nos reunimos aquí en Bogotá con países de la región y eso sentó las bases para la declaración de Los Ángeles que nosotros y 21 otros países adoptamos en La Cumbre de las Américas, hace un par de meses.

Esta declaración reconoce nuestra responsabilidad compartida y el interés por abordar este reto y hacerlo de una manera que mejore la estabilidad, las oportunidades de una migración ordenada y segura y que haga que los delincuentes y los tratantes de personas rindan cuentas.

Más tarde, en esta semana, nos vamos a reunir con los representantes de los países miembros de la OEA para hacer que este trabajo siga siendo una realidad.

Entonces, en cuanto a los temas que más importan a nuestros pueblos y que son fundamentales para demostrar que nuestras democracias pueden dar resultados reales, Colombia y los Estados Unidos tienen una historia de trabajar juntos, una historia profunda.

Sabemos, sin embargo, que, pese a todo el progreso no hemos terminado nuestro trabajo y tenemos retos significativos por delante, pero eso es mayor motivo para seguir comprometidos para avanzar como socios.

#Putumayoaldia

 

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